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Fiesta tradicional de la frontera en el Liceo N.° 4 de Rivera

La comunidad educativa del Liceo N.° 4 de Rivera llevó a cabo la actividad denominada “Fiesta tradicional de la frontera”. La jornada contó con la participación de estudiantes de educación media básica y superior, funcionarios docentes y de gestión, equipo directivo y APAL. Asimismo, se recibió la colaboración de los Museos de Artes Plásticas y del Patrimonio Regional de Rivera.

Durante la mañana y la tarde el liceo incorporó una amalgama de sonidos, aromas, sabores, saberes, gestos, vocablos e imágenes que pueblan el imaginario colectivo de la localidad. La iniciativa apuntó a rescatar y visibilizar parte de la memoria, la identidad, las tradiciones y el patrimonio local, transitando en la confluencia entre pasado y presente.

En las primeras horas se fueron armando las exposiciones de los trabajos de los distintos grupos, entre cartelería, maquetas, folletos, stands y videos se fue configurando una atmósfera de integración, donde la cultura visual y sonora fronteriza fue la protagonista.

Entre la diversidad de trabajos realizados por los estudiantes, estaban presentes: prácticas culinarias locales como la garrapiñada, cazuela de matambre, arroz con carretero, arroz con orejones, dulces caseros y el mate; para todas ellas, no faltaron las recetas, los ingredientes y secretos del saber hacer. A este trazo del patrimonio intangible se sumaron la medicina popular –boldo, carqueja, cedrón, cola de caballo, manzanilla, marcela, mburucuyá, pata de vaca, entre otros– con sus respectivas cualidades y beneficios; así como también, la música, el canto y la danza –chotis, chamarrita, polca, pericón, media caña y payada– haciéndose un lugar en el entramado de las manifestaciones artísticas propias de la región.

En lo que respecta al patrimonio cultural tangible, se desatacaron la historia del liceo, desde sus inicios como anexo del Liceo N.º 1 en 1986, hasta la actualidad; el Cerro del Marco con su emblemático mojón, escalinatas y la vertiente de agua de La Bica; el camino de los plátanos con su mística eternizada por el poeta riverense Olyntho Maria Simoes; la Plaza Internacional desde el antiguo arenal, pasando por su construcción e inauguración, sus monumentos y el carácter integrador; los camelós como práctica comercial y espacio de sociabilidades; la semana farroupilha con sus actividades típicas y su carácter festivo, así como las tradiciones vinculadas con la identidad gauchesca, materializada en los atuendos y objetos que hacen a ese modo de vida aportaron a un

ambiente de permanente diálogo con expresiones que se mantienen como legado a través del tiempo, a partir de la continuidad y las respectivas reelaboraciones de sus prácticas.

Conjuntamente con los trabajos de los estudiantes, en el espacio superior del liceo, se pudo apreciar la muestra de los museos. En el rubro de las artes plásticas, se exhibieron las pinturas de Adeliano Silva, Alicia Santos, Antonio Higueras, Carmelo Arden Quin, Gabriel Dutra, Luis Carlos Andrade, Magaly Herrera, Mario da Cola, Miguel Armand Ugón, Osmar Santos y Ricardo Olivera. Estas junto a las obras escultóricas de Betty Braz, Fernando Pereira, Luis Ospitaleche, Jorge Salines y José Balau se fueron mimetizando con la estructura edilicia, el interés de los estudiantes y de la comunidad que, entre el reconocimiento de formas y figuras y la inquietud ante lo enigmático, fueron intercambiando miradas y comentarios sobre las obras, así como también realizando un registro fotográfico de las piezas artísticas.

Junto a las pinturas y esculturas, las fotografías antiguas de la ciudad de Rivera y sus alrededores configuraron un espacio más de interacción y cercanía genuinamente locales. El acervo fotográfico ofreció un recorrido por el pasado, permitiendo entender el valor de la imagen como documento histórico y por consiguiente reconstruir escenarios socioculturales de un tiempo determinado, manteniendo y ampliando la memoria visual local. El pueblo de Santa Ernestina y su actividad minera, el Cerro del Marco, las plazas Flores, Artigas (Río Branco) e Internacional, el teatro Internacional, el cine Grand Rex y algunas calles de la ciudad como Agraciada, Brasil, Carámbula, Ceballos, Monseñor Vera y Sarandí ambientaron la muestra, que giró en torno a las nociones de cambios y continuidades.

Durante la tarde, las actividades continuaron en el patio, junto al público presente –comunidad educativa del liceo, vecinos, familiares, estudiantes de la Escuela N.º 96– juegos típicos, danzas folclóricas, actuaciones sobre el cotidiano fronterizo y representaciones teatrales rescataron y reflejaron hábitos, prácticas, usos y costumbres típicamente riverenses y fronterizos. Autores locales fueron recordados a partir de algunas de sus obras, tal fue el caso de Agustín Bisio con fragmentos de “Brindis Agreste”, Olyntho Maria Simoes con “Carnaval”, “Las cometas” y “Riverense”, Eugenio `Chito´ de Mello y su canto misturado con la interpretación de “Rompidioma”.

Para esta ocasión, el portuñol fue celebrado una y otra vez como parte sustancial de la cultura local. En este marco, cobraron vida personajes típicos de la sociedad, para esa cita no faltaron la Mãe Bemvinda, Conde de Romanones, Maria Cachorro, Maria tres suspiros, Macaco Baio, Procopio, Maria Das Dores, Juan Barullo y Ciriaco.

Entre versos mezclados de poemas y canciones, la expresividad corpórea de la danza y el juego, sumado a la experiencia del saber-hacer y del saber-practicado, todo eso en clave de encuentro e integración comunitaria, el propósito se logró: hubo fiesta y la frontera fue retratada en sus más diversas expresiones sociales y culturales en un espacio educativo abierto a todos.

 Estudiantes elegidos como representativos de la fiesta
 tradición carnavalezca Comparza
 Foto institucional del evento
 Visita de escolares a la muestra y a la fiesta