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“Un itinerario alegre y terrible nos ha llevado desde la política a la democracia mediática. ́Puedo expresarme: luego debo tener forzosamente algo para expresar`. En esta frase anticartesiana cabe toda la monótona diversidad de la galaxia comunicativa. La posibilidad laxa de decir, esa posibilidad meramente física, relativa al medio o al canal, nada tiene que ver con el asunto político o humanista secular del juego de las responsabilidades, de la plausibilidad, del sentido, o incluso de la ́Verdad` de lo que digo. Se verifica una inversión del principio político: la mera posibilidad técnica o física de mostrar la idea (lo global) antecede a la razón y a la necesidad de la idea (lo universal). Hoy, cuarenta años después, la expresión mcluhaniana ́el medio es el mensaje` quiere decir, rigurosamente: ́ya no hay mensajes sino medios, ya no hay sentido sino comunicación`. ¿En qué momento la frase el medio es el mensaje cancela toda posibilidad de ser leída como una variante de el ser determina la conciencia de la vulgata marxista, y se convierte en esa exacerbación monstruosa en la que el medio, la cosa, la mercancía o el cuerpo, cubren, asfixian y copan al mensaje, a la idea, a la metáfora o a la razón? En la era capitalista tardía, ́el miedo es el mensaje`” (Núñez, 2009: 9)
Prof. Estela González.